La creatividad es misteriosa y difícil de precisar. Da la impresión de que, independientemente de dónde nos encontremos en nuestras carreras, estamos constantemente persiguiéndola, mejorándola, manipulándola o analizándola. Los debates sobre el catalizador del pensamiento creativo son interminables. naturaleza o educación? ¿Es un don o una habilidad? Pero independientemente de lo que crea sobre el origen del instinto creativo, lo más probable es que haya sentido curiosidad por saber cómo medir sus poderes.
1. La taxonomía del diseño creativo
En lugar de una prueba directa de la capacidad creativa, la Taxonomía del Diseño Creativo es más bien un marco para comprender cómo se desarrolla la creatividad. Está comúnmente aceptado que comprender la creatividad puede llevar a aumentarla, por lo que este sistema ayuda a situar a un sujeto en una fase específica de la creatividad para avanzar al siguiente nivel. La Taxonomía del Diseño Creativo desglosa la creatividad en cinco fases: imitación, variación, combinación, transformación y creación original.
Imitación es un nivel de creatividad que se centra en replicar el trabajo existente. Y si la imitación es la forma más elevada de adulación, sin duda es la forma en que muchos creativos se inician estudiando el trabajo de maestros a los que respetan. La siguiente fase, variación va más allá del mimetismo directo al introducir una interpretación de una obra existente que cambia su forma anterior. Seguiría siendo posible identificar la inspiración primaria en una obra de variación, pero introduciría la propia visión del artista sobre la pieza original. Combinación es una fase en la que se mezclan varias obras, de modo que las fuentes de inspiración no son necesariamente identificables en la nueva obra reimaginada. Transformación conserva la esencia de la obra original, pero cambia su forma o soporte, como la adaptación de un libro al cine o la interpretación de números en tablas y gráficos visuales. Y por último, creación original es la génesis de una obra tan inédita que su fuente de inspiración es totalmente inidentificable.
Es discutible que una obra creativa pueda ser realmente original, ya que todos somos... influenciados por los medios de comunicación y la información que consumimos. Sin embargo, la Taxonomía del Diseño Creativo trabaja para situar todas estas influencias y fases en un espectro que, si no otra cosa, aglutina un flujo de progreso que nos ayuda a comprender e identificar la creatividad dondequiera que surja.
2. Usos alternativos, o las medidas Gilford
La prueba de los "usos alternativos" es uno de los métodos más conocidos para analizar sus propios niveles de creatividad. También se utiliza habitualmente en recursos humanos para anticipar la capacidad creativa de un empleado potencial. La premisa es sencilla: ¿cuántos usos se le ocurren para un objeto sencillo y omnipresente? El test fue inventado originalmente en 1967 por J.P. Guilford para medir el pensamiento divergente. En pocas palabras, mide tu capacidad para partir de una información fija y llegar a múltiples soluciones o usos.
La prueba se sigue conociendo como la prueba de las medidas de Guilford, y la más famosa es la que utiliza clips de papel como objeto. Dé rienda suelta a su imaginación: ¿qué usos alternativos podría darle a un clip? Los resultados se analizan en función de la fluidez (cuántas respuestas se le ocurrieron), la flexibilidad (cuántos tipos de respuestas diferentes se le ocurrieron), la originalidad (lo inusuales que fueron sus respuestas) y la elaboración (lo detalladas que fueron sus respuestas). Si quieres variar un poco, la prueba de las medidas de Gilford puede aplicarse prácticamente a cualquier objeto. Pruebe con una hoja de papel, un pincel o una flamenco.
3. Asociados remotos
Resolver un acertijo de Remote Associates puede volverse frustrante rápidamente. Si alguna vez ha jugado a un juego de asociación de palabras, sabrá que las posibilidades son infinitas cuando se le pide que dé libremente el salto de una palabra a otra. El test de asociación remota te obliga a dar esos saltos para conectar un conjunto de palabras individuales aparentemente inconexas. La prueba existe desde 1962, cuando el profesor Sarnoff Mednick la inventó en la Universidad de Michigan.
La prueba suele administrarse en una sesión de cuarenta minutos compuesta por entre 30 y 40 problemas para resolver. Cada problema consiste en un conjunto de tres palabras, y la respuesta es la única palabra de toda la lengua inglesa que encaja razonablemente con cada una de las tres palabras de la pregunta. El problema de muestra que la mayoría de la gente experimenta primero es Caída/Actor/Polvo. Si se contesta correctamente, el asociado remoto que funciona con las tres palabras del problema es "star": estrella que cae, actor que se conoce como estrella y polvo de estrellas.
A lo largo de los años y gracias a los ensayos científicos del propio Mednick, el test de Remote Associates se ha utilizado para determinar el potencial creativo de una persona e identificar talentos ocultos para la imaginación y el pensamiento creativo en comunidades desfavorecidas.
Pruebe aquí los asociados remotos.
4. El problema de las velas
El Problema de la Vela es una prueba de creatividad muy específica que en realidad sólo ofrece un único problema y una única solución. Fue presentado originalmente en 1945 por el conocido psicólogo de la Gestalt Karl Duncker. El trabajo de Duncker sobre tareas de resolución de problemas dio lugar a esta prueba clásica de rendimiento cognitivo que ha dado lugar a innumerables acertijos a lo largo de los años. A un sujeto se le presenta una vela, una caja de cerillas y una caja de chinchetas, y se le pide que fije la vela encendida a la pared de forma que la cera de la vela no gotee sobre la mesa que hay debajo.
Hasta conocer la respuesta "correcta", parece que habría muchas formas de Resolver el problema de las velas. Pero en realidad sólo hay una forma de que funcione, y requiere que el sujeto venza un sesgo cognitivo natural llamado fijación funcional. En los ensayos, los sujetos a los que se les presentaba la caja llena de chinchetas solían ser incapaces de dar con la solución correcta. Pero cuando se les presentaba la pila de chinchetas junto a la caja de chinchetas, resolvían el problema casi siempre. ¿Ya lo has resuelto?
La única solución viable es utilizar una chincheta para fijar la caja a la pared y colocar la vela encendida dentro de la caja. Pero el sesgo de la fijeza funcional llevó a la mayoría de la gente a ver la caja como un mero receptáculo para las chinchetas, en lugar de ver su potencial individual para ayudar a resolver el problema. La presentación de las chinchetas en una pila junto a la caja permitió a los sujetos vencer el sesgo de fijeza funcional y resolver el acertijo con mayor eficacia. Lección aprendida: ¡desmonta tus soluciones y cuestiona tu primera visión del problema!