10 cosas que tienes que hacer después de la escuela de diseño

Terminar los estudios puede dejarte un poco perdido. Una diseñadora comparte sus consejos para dar los mejores pasos.

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Mi padre -el hombre de los mensajes crípticos- envió un mensaje de texto con sus dos dedos índices: "Te vas de rositas, ¿eh?".

A lo que él se refería allá por el otoño de 2011 era al hecho de que yo había decidido una vez más abandonar mi carrera universitaria y empezar a Smack Bang-con una explosión (bromas de papá). No sólo eso, sino que, como la menor de seis hermanos que abandonaba la universidad, me atrevería a decir que yo era su hija menos favorita en aquel momento. Tres de mis hermanos estudiaban Derecho con éxito mientras yo no podía aguantar con un título de diseño, espaguetis en lata y unos cuantos paquetes de fideos mami en la despensa.

Y entonces, la verdad honesta: nunca me gradué, y nunca lancé un sombrero con borla al aire ni posé en fotos incómodas intercalada entre mis padres. Y supongo que ya que estoy confesando, también puedo añadir que nunca he tenido que presentar una solicitud de empleo en el campo del diseño, ni he puesto un pie en una agencia de diseño que no fuera la mía. Por lo tanto, la credibilidad de esta entrada de blog puede estar ligeramente sesgada. Por suerte, para este artículo he recurrido a la experiencia de mi legendario equipo de diseño y a sus conocimientos sobre lo que ocurre en el mundo real cuando no lo haces a tu manera.

Aquí tienes diez cosas que tienes que hacer cuando salir de la escuela de diseño.

1. Hacer un viaje

No, no me refiero a ese tipo de viaje, aunque seguro que podría ayudar, ¿quién soy yo para juzgar? Me refiero a que deberíais tomaros al menos tres meses de vacaciones para disfrutar de nuevas experiencias y aventuras que no impliquen trabajar como esclavos a las 3 de la mañana. La mayoría de vosotros terminaréis los estudios en noviembre, así que ni se os ocurra pensar en solicitar trabajo hasta enero/febrero, porque (a) es cuando las agencias contratan, y (b) os merecéis unas vacaciones y lo más probable es que necesitéis algo de tiempo para recuperar unos cuantos miles de horas de sueño después del #majorproject.

2. Skill Yo'self

Toma una clase, sal y aprende una nueva habilidad. No tiene por qué tener nada que ver con el diseño. Toma clases de cerámica. O aprende a coser. Estudia un idioma, escribe un blog, haz una cometa... haz algo nuevo que pueda abrirte una nueva vía creativa que te guste. Explorar una nueva habilidad te abrirá la mente a algo que no sabías que se te daba bien o, al menos, te recordará que odias a muerte pintar, lo cual también es útil. Mi segunda habilidad consiste en cocinar como un loco o perfeccionar el arte de preparar picnics.

3. Eenie Meenie Minie Mo

Averigua exactamente qué tipo de trabajo quieres realmente. Es importante afinar lo que quieres conseguir con el trabajo y el tipo de lugar en el que quieres trabajar. ¿Eres más adecuado para una agencia de publicidad corporativa o para un trabajo de paleto en un garaje? Ninguno de los dos es correcto o incorrecto, pero tienes que saber cuál es el tuyo. Así podrás prosperar. Mi consejo es que no te presentes a todas las vacantes de diseñador junior. Pasas la mayor parte de tu vida despierto en tu trabajo, así que asegúrate de ser exigente y solicitar sólo los trabajos de tus sueños. Un mal puesto es un mal puesto para todos. Investiga y busca las perlas de oro, ¡y solicítalas!

4. Limpiar, eliminar y reparar

Una vez que hayas decidido en qué tipo de lugar te gustaría trabajar, revisa tu portafolio y adáptalo a ese estilo y estética. Recuerda que te contratarán por los proyectos que muestres, ¡así que sé implacable! Elimina todos los proyectos sobre los que tengas serias dudas o que creas que se te han quedado pequeños. Si hay alguno que pueda ajustarse, echa un vistazo a Pinterest y piensa qué puedes añadir al proyecto para darle un toque más "realista". ¿Puedes añadir más garantías? ¿Quizá añadir una página de inicio? Adapta cualquier elemento que fuera un requisito de la universidad dentro del proyecto a algo que realmente te guste y de lo que te sientas orgulloso. Para conocer más formas de sex-ify su cartera, lea esta lista de Qué hacer y qué no hacer con la cartera.

5. Haga una lista de aciertos

Haz una lista de los lugares en los que te gustaría trabajar y priorízalos. Naturalmente, es mejor solicitar trabajo en lugares que anuncien vacantes, pero no tengas miedo de enviar tu carpeta a empresas que no hayan anunciado ningún puesto: nunca se sabe lo que pueden estar preparando. Una de las mejores solicitudes que he recibido fue la de mi diseñadora jefe, Erika, que diseñó un paquete muy mono y me lo envió por correo. En aquel momento no queríamos contratar a nadie, pero no pude resistirme a su épica propuesta. Pensar fuera del cuadrado te llevará a todas partes.

6. Escribir una carta de amor

Cuando tu cartera esté lista y hayas decidido a qué puertas quieres llamar, redacta una carta de presentación ganadora. Una vez más, es importante que adaptes tu carta de presentación a la agencia o al lugar de trabajo al que te diriges. Explica por qué te encantaría trabajar allí, qué proyectos te atraen más de su cartera y por qué crees que serías la mejor opción para ellos. Demuestra que has investigado. Pídele a un amigo de confianza que te revise la ortografía y la gramática; nada estropea más una primera impresión que un diseño bonito estropeado por una ortografía atroz. Demuestra a tu posible empleador que te importa.

7. Hustle

Los trabajos no suelen caer en tus manos, al menos que yo haya visto. Lo más probable es que no consigas el primer trabajo que solicites, por lo que el esfuerzo puede ser legítimo. Es necesario luchar al principio para conseguir el sueño, porque eso forja tu carácter, tu resistencia y te hace estar más agradecido cuando por fin encuentras el oro. Si aún no lo eres, entrar en las salas donde se reúnen otros diseñadores. Acude a inauguraciones de galerías, actos del sector, reuniones y saludos... cualquier cosa que te sirva de inspiración y te ponga en contacto con otros profesionales del sector. En algunos de estos eventos verás a las mismas personas y merece la pena saludarlas y conocerlas. Demuestra a la gente que eres constante, interesado y la leyenda que eres: ¡el carácter cuenta mucho! Además, algunas de las personas que conozcas serán inevitablemente jefes y peces gordos del mundo del diseño, así que sonríe y da lo mejor de ti.

8. No se deje llevar por el pánico

Tranquilízate. No tienes que conseguir trabajo inmediatamente. No eres un fracasado si tardas un tiempo. Eres normal y aún tienes algo que ofrecer. Tampoco tienes que aceptar el primer trabajo que se te presente. Si no es el adecuado y no hay buenas vibraciones, decir que sí puede llevarte a la decepción más adelante, cuando no hayas obtenido lo que querías de la experiencia. Si te ofrecen un trabajo en una oficina corporativa sin vida creativa y con paneles fluorescentes en el techo por un sueldo de alubias cocidas, tal vez no sea la mejor opción. O puede que sí: sólo tienes que saber lo que quieres del trabajo que aceptas. Tómate tu tiempo, investiga sobre los estudios de tus sueños y piensa cuál es la mejor manera de acercarte a ellos. Sé creativo, pero no ingenuo. Además, ¡nunca hagas una visita a ciegas! A nadie le gusta que le pongan en un aprieto, y puede ser muy incómodo para todos.

9. Pedir ayuda

No tengas miedo de pedir consejo a los que tienen experiencia. Ponte en contacto con antiguos profesores de la universidad, charla con compañeros de clase, llama al hermano del vecino de tu amigo que tiene un estudio de diseño... Sé creativo. Pide opiniones sobre tu portafolio a alguien del sector. A estas alturas del partido no serás el único que se sienta como si tuviera dos pies izquierdos y fuera incapaz de venderse a un diseñador junior. Tus profesores te darán buenos consejos, y posiblemente incluso contactos, si les preguntas. Siempre merece la pena intentarlo.

10. Ser flexible

¿De repente tienes la epifanía de que odias el diseño? Relájate. En cuanto empieces a buscar, surgirán otras oportunidades. Puede que se te dé de maravilla gestionar cuentas de clientes, que seas un gestor de comunicación nato o que se te den bien las palabras: el sector creativo es amplio y polifacético. Cambiar de dirección no significa dejar de avanzar y no hay absolutamente nada de malo en abandonar, créeme.

Este artículo se publicó originalmente en Blog de Smack Bang Designsy republicado con permiso. Smack Bang es una agencia de branding y diseño con sede en Sídney dirigida por Tess Robinson.

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