Cuando se aprende a hacer cualquier cosa, es inevitable cometer errores por el camino, y la fotografía digital no es una excepción. Por suerte, los que llevamos años aprendiendo a disparar en digital sabemos que hay algunos errores comunes que los fotógrafos principiantes suelen cometer y que pueden evitarse fácilmente con un poco de conocimiento previo.
Aquí tienes ocho de los errores técnicos más comunes que cometen los fotógrafos principiantes, desde el desenfoque de la imagen hasta la composición descuidada, y algunos consejos para evitarlos.
1. El enfoque perdido
Si utilizas el enfoque automático y dejas que la cámara elija los puntos de enfoque, es muy probable que de vez en cuando enfoques la parte incorrecta del encuadre de la imagen, sobre todo si utilizas poca profundidad de campo. Esto es algo imposible o difícil de corregir a posteriori, por lo que es importante enfocar bien sobre el terreno. Una forma sencilla de enfocar con precisión es utilizar el modo de enfoque automático puntual de la cámara para elegir el punto de enfoque. Al enfocar personas y retratos, asegúrate de que el punto de enfoque está en los ojos del sujeto.
Consejo profesional: Utiliza tu botón de retroceso enfoque para fijar.
2. El marco inestable
Si tus fotos salen borrosas o poco nítidas y no sabes por qué, probablemente se deba a que utilizas una velocidad de obturación demasiado lenta. Cuando la velocidad de obturación es demasiado lenta, el movimiento de la cámara puede reducir la nitidez de la imagen. Una regla general para evitarlo es utilizar una velocidad de obturación que sea al menos equivalente a la distancia focal del objetivo que estés utilizando.
Por ejemplo, si utilizas un objetivo de 50 mm en una cámara de fotograma completo, la velocidad de obturación más lenta que puedes usar sin trepidación es de 1/50 de segundo. Esto se convierte en 1/85 de segundo en una Cámara con sensor APS-C (de recorte)ya que la distancia focal efectiva del objetivo se multiplica por 0,5. Si utilizas un objetivo zoom, tendrás que prestar atención a la distancia focal que utilizas al acercar y alejar el zoom.
Consejo profesional: si tu objetivo o cámara tiene estabilización de imagen, puedes disparar de tres a cinco pasos más despacio y seguir obteniendo una imagen nítida.
3. La exposición enterrada o soplada
Aunque disparar en RAW te da mucha libertad para ajustar tu exposición en el post-procesado, definitivamente hay límites en lo que puedes hacer. Si la exposición es demasiado oscura, las sombras se verán granuladas y descoloridas al procesarlas. Si la exposición es demasiado luminosa, las altas luces se difuminarán y no se podrá recuperar el detalle en el procesado. Si tienes una escena con un alto rango dinámico, que incluye altas luces muy brillantes y sombras oscuras, una regla general es subexponer ligeramente para preservar los detalles en las altas luces, sin borrar las sombras, y luego aclarar las sombras en el postprocesado.
Consejo profesional: Utiliza la función función de medición puntual para medir diferentes partes de su marco.
4. La pose incómoda
Como la mayoría de las personas con las que trabajes no serán modelos profesionales, es probable que no se sientan muy cómodas posando. Y aunque está muy bien encontrar poses en Internet y probarlas, lo más probable es que la gente se sienta incómoda si se le dice cómo tiene que colocarse, lo que se reflejará en las fotos. Lo mejor que puedes hacer es utilizar las poses como directrices básicas y centrarte en hacer que los sujetos se sientan cómodos con el contacto visual y las bromas amistosas, animándoles a que se diviertan y sean ellos mismos.
Consejo profesional: Utiliza un trípode para componer la imagen, así podrás establecer contacto visual y hablar libremente con los sujetos.
5. El árbol que crece de las cabezas
Una forma fácil de arruinar un buen retrato es que un objeto vertical, como un árbol o un poste de teléfono, sobresalga de la cabeza del sujeto. Aunque es muy probable que centres la mayor parte de tu atención en la pose y el aspecto del sujeto, es fundamental que también prestes atención al fondo y te asegures de que no hay elementos que distraigan y que crezcan o atraviesen al sujeto, aunque estén muy desenfocados.
Consejo profesional: haz un rápido barrido visual de todo el encuadre de la imagen en el visor para buscar objetos que distraigan la atención.
6. La composición confusa
Averiguar cómo disponer los elementos en el encuadre de tu cámara puede llevarte algún tiempo. Cuando no sabes lo que estás haciendo, es fácil crear una composición de desayuno de perro que hará que el espectador se pierda completamente y se confunda al mirar tu foto. Por suerte, existen algunas pautas muy sencillas que pueden ayudarte a manejar y ordenar los elementos de tu encuadre basándote en la percepción humana, como la regla de los tercios.
Consejo profesional: a menudo puedes recortar retratos según la regla de los tercios utilizando la superposición de cuadrícula en el procesado.
7. El procesador demasiado entusiasta
Cuando se aprende a procesar imágenes por primera vez, es fácil entusiasmarse tanto que se exagera. Un error común que suelen cometer los principiantes al procesar es añadir demasiada saturación y nitidez a las imágenes, lo que hace que las fotos parezcan exageradas y totalmente irreales. Otro error de los principiantes es el procesamiento HDR extremo, que despoja a las imágenes de sus sombras y luces, dándoles un aspecto, en el mejor de los casos, irreal y, en el peor, horrible.
Consejo profesional: Utiliza tu histograma para asegurarte de que tienes un punto negro y un punto blanco.
8. Fallo en la copia de seguridad de archivos
Uno de los peligros de la fotografía digital es la posibilidad de que falle la tecnología, y esto incluye el disco duro en el que se almacenan los archivos de imagen. Si sólo tienes una copia de tus archivos de imagen almacenados y el disco en el que están falla, se pierden todos tus archivos de imagen. Eso podría provocar una gran decepción tanto para ti como para tus clientes. Así que asegúrate de tener una segunda copia de tus imágenes almacenada en algún lugar, en un disco duro externo o en un servicio de almacenamiento en la nube.
Consejo profesional: El almacenamiento en la nube y los discos duros externos son cada vez más asequibles, así que ¿por qué no mantener dos copias de seguridad para tu tranquilidad?