Imagine el sistema circulatorio humano. Piensa en las arterias centrales y en las ramificaciones de diminutos capilares que irradian hacia el exterior en interminables patrones fractales.
Ahora, imagina las venas de una hoja verde.
Para la artista e ilustradora Sarah Berman, los paralelismos de la naturaleza proporcionan los vínculos entre sus propios campos dispares del arte y la ciencia. "Cuando observas la naturaleza y aprecias su belleza, ésta procede de su geometría sagrada, de las matemáticas, de la ciencia", dice Berman. "Creativamente, eso es lo que más me inspira".
Por suerte, la inspiración le sobra. Berman se crió en un manzanar y ahora vive en New Paltz, un pueblo situado entre las imponentes montañas y los exuberantes valles del norte del estado de Nueva York. Cuando no está paseando por el campo con su cuaderno de dibujo, se pasa el día creando meticulosos diagramas anatómicos para empresas sanitarias internacionales como Pfizer, Allergan y Tylenol.
Si nos enseñaran cosas científicas de un modo más relevante para nuestra propia vida, para nuestro entorno, sería más emocionante y mágico.
Incluso en los elegantes trabajos corporativos de Berman, siempre persiste la sensación de asombro, deleite y profunda conexión de su creadora con el tema, una cualidad que atribuye a su entorno. "Mi proceso es una mezcla de cosas intuitivas y caprichosas combinadas con mucha estructura e información", dice Berman. "Soy una artista que necesita ambas cosas para crear y sentir como lo hago. Y vivir en el norte del estado ha hecho mucho de eso por mí".
Esta curiosidad natural permitió a Berman triunfar en la ilustración médica, un campo tradicionalmente dominado por diseñadores con titulaciones científicas superiores. En lugar de ponerse la bata de laboratorio y cursar el máster necesario, Berman optó por estudiar ilustración en Escuela de Diseño Parsons y complementar su formación científica en la Genspace laboratorio comunitario de biotecnología en Brooklyn. Aquí creó Comunicación a través de la energía humana y las bacteriasla aclamada serie de pinturas con bacterias UV que recibió cobertura de medios como Ciencia popular y NPR.
Como se ve en Energía humana-que pretendía representar la comunicación no verbal y energética con proteínas fluorescentes-, la obra de Berman entrelaza con frecuencia procesos científicos con conceptos más espirituales.
"Es interesante pensar en cosas que podrían existir y que la sociedad considera más bien hippies y de la nueva era", explica Berman. "La energía suele verse en un sentido espiritual. Sin embargo, hay muchas energías que observamos en el mundo y utilizamos a diario. Se trata de información objetiva que se sustenta en pruebas. Pero eso no significa que no haya otras que aún no hayamos descubierto. Pensar en estos conceptos abiertos y mezclarlos con información científica me resulta realmente interesante".
Tras graduarse en Parsons, su ecléctico portafolio empezó a llamar la atención de redactores médicos que necesitaban ilustraciones para su material, lo que permitió a Berman ampliar su formación científica con cada nuevo encargo. "Cuanto más sabes sobre un sistema, más eficazmente puedes comunicarlo a través de una imagen. Proyecto a proyecto, aprendo lo que necesito saber mientras ilustro. Es una especie de proceso hacia atrás, en lugar de ir a la escuela y retener toda esa información".
Analizar diagramas anatómicos suena agotador, pero para Berman es un trabajo apasionante. "Normalmente, cuando oyes la palabra ciencia, te parece pesada, difícil de digerir", admite Berman. "Pero si nos enseñaran cosas científicas de un modo más relevante para nuestras propias vidas, para nuestro entorno, sería más emocionante y mágico. Creo que afloraría la curiosidad natural que llevamos dentro".
Encontrará más obras de Sarah Berman en su cartera de ilustraciones www.sarahjberman.comconstruido con Format.
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